martes, octubre 31, 2006

Otro fin de año.

Hace años, no demasiados pero si unos quince, las fechas del año sobre las que nos movemos ahora, suponían una segunda primavera; de hecho una primavera fría.
Las clases habían comenzado, ya habíamos detectado nuevas caras, nuevos asuntos, nuevos garitos, y también las caras de siempre, los asuntos de siempre, y como no, los garitos de siempre.
Atrás quedaban las repescas de septiembre, las historias veraniegas, las largas conversaciones con los amigos, en noches sofocantes, y las acampadas. Volvíamos al ritmo del "ejercicio del aprendizaje".

Hoy en día en esta época del año, preparamos el cierre del ejercicio ecónomico. Atrás quedaron los planes de acción comenzados en Enero, las campañas comerciales que nos ayudarían a cumplir el presupuesto, los cambios en las aplicaciones informáticas que nos ayudarían a controlar mejor el negocio, y estamos inmerso en el rallie de los dos úiltimos meses. Dos últimos meses, donde ya está todo dicho, donde por mucho que te esfuerzes la foto ya está en el revelado y no va a cambiar. Pero donde todo el mundo está frenético, porque aun creen que la foto se puede retocar.
Están tan locos, que dejan de leer Lolita, dejan de escribir en sus blogs y aun peor: los días de fiesta como mañana dedican varias horas a inaugurar ferias y congresos.

Lo único que tienen en común aquellos años y los de ahora, es su duración.
!! Pero chico, que cambio de ritmo ¡¡.

martes, octubre 24, 2006

Lolita.

Debo recomendar Lolita. Estoy leyéndolo hace unos días, y merece toda mi admiración, la calidad con que escrbía Vladimir Nabokov.
Parece que una de las cosas que mas le dolió, al abandonar su tierra, y llegar a EEUU tras vivir en almemania, fue abandonar "su rica y dócil lengua rusa, por una variedad de segundo nivel del inglés". Aún así escribió un novelón. ¿Como lo hubiera hecho en ruso?.

No conozco su obra, a parte de esta que leo. Pero por lo poco que he visto por ahía debe haber alguna novela mas muy buena.

Leedla, superad los tabúes que os puedan hacer repudiar el argumento, pues la novela lo merece.

Lolita, luz de vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.

¡¡Magnífico!!.

miércoles, octubre 18, 2006

La noche fértil.

Una vez, en un país cercano, pero escondido, había varios escritores. Hablaremos de uno de ellos.

Por las noches se agolpaba delante de un teclado magnífico de teclas hechas con nácar, que desprendían no solo un brillo encantador, sino un sonido característico. Este sonido lo desprendían al ser pulsadas, no de modo espontáneo.

Este escritor solía contar por las mañanas y por las tardes unas magníficas historias de atracos, de princesas, de marineros, de nómadas en grupo, de cazadores de mariposas, de escaladores de rascacielos, así de manera natural. Todos sabían que contaba estas historias, y era conocido por ello. Lo de escritor no lo sabía nadie.

Por las noches se sentaba delante de un teclado de teclas hechas de nácar, y a pesar de su brillo encantador, no desprendían ningún sonido.

Una tarde cuando se retiraba de contar sus historias del bar de la plaza, un crío se le acercó. Era un chavalillo que el escritor no conocía. Pudo comprobar, por lo que le conto el niño, que era nieto del dueño de la librería, que vivía en otra comarca junto a sus padres, y que había venido a pasar unos días. El niño también le explicó que le habían encantado sus historias.
El escritor, se quedó perplejo. Nunca antes nadie le había dicho eso.

Esa noche el teclado sonó como una auténtica orquesta en manos de un genio. Escribió, y escribió, y no paró de escribir.

Nunca mas se supo de aquel contador de historias, que algunos decían que intentaba escribir.

La leyenda cuenta que cuando alguien se pone delante de un teclado y no encuentra nada que contar, el desaparecido escritor se agolpa delante de un magnífico teclado hecho de nácar. Y de el salen sonidos tales que de alguna manera poco trascendente llegan al escritor sin historia y le hacen pulsar sus teclas buscando ese sonido encantador.

Hoy ha querido que os cuente su historia.

La calle de los locos.

Existe una calle donde solo van los locos. Pero exclusivamente van a dormir. Allí se agolpan unos encima de otros, o no, buscando pegar una simle cabezada para olvidar las locuras del día.
No es necesario dormir mucho tiempo, todo depende de las locuras cometidas.

Como no hay nadie que vigile, y los unicos que están son ellos, a ninguno le da mal rollo que lo vean entrando o saliendo de la calle.
Todo el mundo supone que es una calle más, pero nadie la transita, nadie vive en ella, nadie la recuerda ni la añora. Así cuando ves a alguien saliendo de esa calle, no sabes que está loco, ni nada por el estilo pues supones que es una calle mas. Bueno claro, siempre que tu no seas uno de ellos. Pero no, si estas leyendo esto no puedes serlo, pues los locos solo leen escritos realizados por elos mismos. Así son.

Despues existen los manicomios, pero aqui solo llevan a las personas que habiendo encontrado otro modo de vivir, no son entendidos.

..

La galería continúa.

Sigo actualizando la galería en sus respectivos links.

Torcuato.

Miranda.

martes, octubre 17, 2006

Galería. 02. Miranda Robledo. (ampliado1).

La inexactitud de lo que Miranda puede darnos a entender de su personalidad, es tan clara, como la imagen que nos queda de ella cuando la vemos pasar.
Su andar inseguro contrasta con esa mirada directa a los ojos, y esa voz fuerte para una mujer, y femenina para un hombre. Su pelo castaño, y sus ojos azules, no se hacen mala compañía. Queda un recuerdo duradero, pero no por atractivo, sino por original. Algunos creen que es inovlidable, los pocos, los muchos simplemente saben quien es. Miranda, la peluquera.

Llegó hace unos años de la capital, y ya hace seis que abrió la peluquería. Justo en medio de la calle grande.
Don Berto, el farmaceutico, se quedó medio afilado, al enterarse de que alguien del mismo Madrid iba a abrir un negocio en la calle grande. Incluso en su fuero interno intentaba no saludarla cordialmente, algo que su cara le impedía, pues llevaba muchos años poniendola buena al mal tiempo, y claro ante aquella mujer pues "mas que mas". Cuando colgó el cartel de peluquería ese hombre salió de la farmacia, tras colgar el cartel de vuelvo en un momento, y se dirijió hacia el nuevo local, y le dió un gran abrazo, la besó dos veces, y le dijo: -espero que brindemos con este whisky que reservo hace años para una ocasión especial, cuando inaugures tu peluquería-.
Miranda, con su original composición facial, le miró, y le contestó: -Berto, serás el primero en enterarte-. A él le gustó que le tuteara.

---
Con el tiempo, Berto se dió cuenta que su alegría por no ser desbancado como el personaje mas relevante del pueblo, fue pasajera. Pero en realidad no lo importó, pues Miranda, había cautivado a todos.

---
El viento ondea su pelo castaño, que brillando bajo el sol, parece rubio. Su palida cara, con el sol torna sobre el color de las natillas. Y eso la compone para recoger bajo su fina nariz, una boca de jugosos labios. Dos gusanos de seda, los habia bautizado Elias, años atrás, cuando ambos se miraban con el desconcierto de ser primos. Su despejada frente dejaba descansar unas estrechas cejas, que cubrían a modo de sabios trazos de genio, sus ojos azules . Esos ojos que tanto habían dado que hablar siempre, y que ella intentaba esconder a los desconocidos, con gafas de todo tipo. Y aquella cicatriz, que le caía como una lágrima por la mejilla, perfectamente cosida a su cara y a su alma, casi impercetible, pero presente.

Mi fortuna.

Afortunadamente no todos los días son iguales.
Afortunadamente no todas las noches son iguales.
Afortunadamente la monotonía esta de viaje.
Afortunadamente, me levanto y no estoy solo; y miro a mi alrededor y crecemos.
Afortunadamente me siento aquí, y las teclas se mueven y crean algo. Y ese algo, tiene un fin, y ese fin, ¡ah, ese fin!.

Afortunadamente,
los miedos se van,
las sombras se iluminan,
los pájaros descansan,
las olas se relajan,
los resplandores se disipan,
las montañas se esconden,
los bodegones se marchitan,
la sonrisa permanece,
y el amor evoluciona.

Afortunamente tu te quedas, y eso me gusta; sobre todo porque seguramente no sea la Fortuna la que hace que todo lo anterior suceda. Sino seas Tú.

miércoles, octubre 11, 2006

Galería. 01. Torcuato Rodríguez.(ampliado2)

El Sr. Rodríguez se suele levantar temprano; pero temprano temprano. Tras afeitarse con brocha, jabón y cuchilla wilkinson de tornillo, se prepara un café y se sienta en el suelo de la cocina, -para que el frío de la losa me ayude a despertar-. Cuando el café comienza a humear, se acerca para percibir ese primer olor. Con la tapa abierta, le encanta que esas primeras gotas de cafe le tuesten el bigote, aunque lo que suele suceder es que le abrasan un párpado, pero eso queda dentro de los riesgos que corre uno para mantener vivas sus manías. Y de manías Torcuato sabe un poco.

Su abuelo ya era un gran maniatico. No podía por ejemplo, dar un número impar de pasos al levantarse por la mañana para ir a orinar. De hecho cuando orinaba de noche solía, despertar a la abuela de Torcuato. No por el ruido de sus pasos, sino por que debía señalar en voz alta el número de pasos que daba para ir al baño. Al estar medio dormido en la madrugada, corría el peligro de perder la cuenta, y eso le podía quitar el sueño por completo, con lo que comenzaría a dar vueltas en la cama. Y eso no podía ser. La abuela Torcuata, no podía dormir si el abuelo daba vueltas en la cama. Ambos despiertos en la madrugada terminaban la mayoría de las noches, y así charlaban de sus asuntos. Eso en cambio les encantaba. Otra manía.

Torcuato trabaja en correos, comenzando su jornada diaria a las siete y media , aunque el antes de las seis ya sale de casa. Le encanta pasear por la ciudad aún dormida, mientras el día se adueña de la noche. Su trayecto nunca es el mismo, y así llega , días a las siete, días a las ocho menos cuarto, pero nunca con retraso. Como suele decir -en una sociedad como esta, la unica libertad que nos queda, es elegir el trayecto al trabajo-. Cada vez que dice esto, recuerda que en sus tiempos mozos no debía inventar trayectos, pues siempre regresaba de casa de algún ligue.

Al bajar hacia la calle, el ritual del ascensor es sagrado. En él, en su inmenso espejo, se suele mirar el rostro, de frente y de perfil. Su perfecta sonrisa, sus grandes y verdes ojos, y su extraordinaria y felina cabellera. Su mirada, todavía tiene esa ángulo soñador que atrae a propios y estraños. Y su secreto, su mejor arma, cientos de veces utilizada es puesta a prueba una vez mas.
-Buenos días señorita, que guapa la encuentro esta mañana. Aunque le parezca un atrevimiento, mejora usted el precioso día que hoy ha amanecido. Buenos días-. Le dice relajadamente al espejo. Su encantadora voz, su trabajada dicción, y la sonrisa en los ojos, es lo que le ha convertido en el hombre que es. Un caballero.

---

Muchos años antes no le hubiera gustado pensar eso de él. Caballero sonaba demasiado altivo. Él, aunque tímido en las distancias largas, era un ávido aventurero de las distancias cortas. Primero en sus años mozos, depués de estudiante , y en sus años de trabajador incansable, gustaba de frecuentar todo tipo de mujeres, cortejarlas, y mimarlas sin llegar a sentir nada mas por ellas. Nunca ninguna le entendió.
Una vez le dijeron, los genios son unos incomprendidos, pero no todos los incomprendidos son genios. La incompresión, lo convirtió en un donjuan. Buscaba el amor, pero no lo encontraba, y mientras ellas aparecían, se perdían, iban, venían, se quedaban, las largaba, las lloraba, las buscaba, ninguna , ni solo una, le entendió.
Quizás Wertri si, pero nunca se lo dijo. Wertri, recordada fugazmente en sus paseos matutinos, era un caso especial, pero tan especial que no solía reparar conscientemente en recordarla.

---
Sonó el telefono interno. Carla su secretaria le comunicaba que la reunión tan esperada se tenía que aplazar.
A el no le gustaba aplazar lo importante, era valiente, por lo menos para esas cosas. Estaban a punto de comunicarle el tan anhelado ascenso, no había oportunidad ya para seguir mejorando el proyecto que le había tenido sumido los ultimos siete años. La logística de correos, con el presupuesto y los recursos humanos que contaba ya no era mejorable. Había pedido cambiar de aires, otro reto, puesto que todavía era joven, necesitaba que su cabeza volviera e ebullir,con ideas y energías para poner en practica.

Carla entró sin avisar en medio de sus pensamientos. -Torcuato, han dejado esto para tí-. le dijo sin mirarle a los ojos. -Vino Gustavo Pérez solo... y dejo esto-.
-¿Sólo?-, preguntó el Sr. Rodríguez, Torcuato Rodríguez, Torcuato, Torc, pues sus amigos le llamaban Torc.
A partir de aquella carta en aquel lugar solo le quedaban amigos. A pesar de sus manías había sabido cultivarse la simpatía de todos sus subordinados. El los llamó siempre compañeros. Un caballero, ya sabemos.

---

martes, octubre 10, 2006

Galería de personajes.

Parece ser que una de las recomendaciones iniciales que se le da a toda persona que quiera escribir, es que coja la rutina de hacerlo a diario. Esto ciertamente es complicado, si uno no tiene ningun proyecto en curso, por lo que ponerme aqui todos los días a darle a la tecla produciendo, se hace algo cuesta arriba; ahora entiendo porque es recomendable, hay que forzarse a escribir.

A parte de recuperar alguna cosa que debo tener por ahí perdida, entre cajones y cajas, lo que voy a construir como primer proyecto es una galería de personajes. No se como me ha dado por ahí pero parece interesante, y a la vez infinito en su proposito inicial. He pensado también que podíaa alimentar mejor el proyecto, si me preguntáseis cosas sobre los personajes que cree y así enriquecerlos. Quizás salga de aquí algun relato entre los personajes que construya, y por que no decirlo, que construyamos.

Quizás con el tiempo pueda crear un blog específico de estos personajes, pero tiempo al tiempo, que los proyectos, proyectos son.

Ayer intenté comenzar, pero la espesura de mi mente tras profundizar durante un buen rato en el go, estaba cercana a la de la selva amazonas. Las neuronas no se veían unas a otras de la cantidad de niebla que había entre ellas. La sinopsis neuronal se hacía complicada, y el sueño pidió paso a una hora ya avanzada sin poder iniciar esta galería.

Quizás hoy cuelgue el primero de ellos. Cuento con vosotros para que me ayudeis a construirlo con vuestras preguntas.

..

lunes, octubre 09, 2006

Atrapado con el go.

Hace como un mes os conte algo de un juego chino (go) que habia descubierto. Pues me he enganchado. Ahora estoy a la caza de algún tablero molón. Esto hace que mis neuronas se hayan dedicado casi exclusivamente a leer un libro del tema que ha llegado a mis manos.

No os puedo decir que sea sencillo aprender, pues no lo es. Las reglas básicas las pillas enseguida, pero avanzar un poco es complicado. Con el ordenador no paso del 16 kyu, que es una especie de nivel, y eso en un tablero de 9 x 9. No he encontrado nigun programa gratuito de tablero 19 x 19 para jugar contra la máquina. Al parecer, el ajedrez se ha conseguido programar, de hecho ya gana al ser humano. Pero con el Go no se ha conseguido programar nada que llegue al nivel de los profesionales.

Dejo la página aqui de la asociación española de go, que es donde ahora estoy centrando mi atención.

viernes, octubre 06, 2006

Matematica creativamente definitiva.

Al final de la jornada de hoy, un compañero me ha trasladado un par de chistes, que por su originalidad e ironía, resumen el mejor humor en pocas imágenes.
Sano es pensar que sus inconscientes autores, ya son personas de provecho. Las comentaré brevemente, para dramatizar el momento.

El alumno Peter, se enfrenta a un complejo, problema donde se le pide que desarrolle una expresión; en inglés desarrollar es facilmente confundible, con expandir como podemos comprobar, la expresion se expande,y expande ad infinitum.




Los números racionales siempre supusieron un quebradero de cabeza, mas aún aquellos de infinitos decimales por no poderse expresar fácilmente; este genial estudiante acaba de una manera tan sencilla como radical con el problema.




Y que decir de pitágoras, tan conocido por su triángulo. Encontrar la x, era mucho mas fácil que lo que el pensó.






Pasamos ahora a ver dos de las mejores soluciones creativas, de la matemática moderna.



Esta es conocida, como la solución del diablo.


Y esta es conocida, como la posición horizontal.














..

El reloj parado.

El otro día asistí a una de esas conferencias de obligado cumplimiento por relaciones laborales. Estuve a punto de ausentarme en la primera media hora de la misma, pues ciertamente me trago unas cuantas al año y muchas veces sin interés.

El ponente logró cautivar mi atención, pues con su larga experiencia laboral, siempre podía motivar alguna reflexión interesante; modestia aparte, fueron estas las productivas, mas que los contenidos por él vertidos, pero dejemosle también al individuo sus quince minutos (aqui palabras ) de gloria.

La charla era sobre liderazgo, y claro el tema trae cola, que si la motivación, que si el equipo, que si los valores, tema controvertido como manido, a la vez que interesante e importante.

En medio de la charla, hablando sobre la utilidad de las herramientas y aplicaciones en as empresas, dijo lo siguiente: -... y como dijo alguien, un reloj parado, al menos da las horas dos veces al día-. Y ahí me revolví.

Como que alguién dijo. Un ponente no puede decir eso cuando esta atiborrando a la masa de ejemplos ilustrativos, de anécdotas enriquecedoras, que harán que ésta no olvide lo esencial. Cuando vanalizas lo importente, cuando pasas por encima de algo como esto, como voy a darle importancia a lo que tú estas diciendo. Si hay alguien que dijo que un reloj parado al menos da la hora dos veces al día, ese tipo o tipa ha pensado un huevo, tiene capacida irónica, y el humor es tan afilado que a lo largo de décadas, incluso alguien osa creer, que fue un alguien.
Señor ponente, que busca grupos despistados para entregar charlas enlatadas, ese alguien era ni mas ni menos que el unico e inigualable Charles Lutwidge Dodgson, mas conocido como Lewis Carroll. Creador, entre otros personajes, del ! sombrerero loco¡. Uno de los compañeros de Alicia tras la madriguera, y el espejo, y uno de los personajes mas entrañables y mas actuales de la literatura engañosamente infantil: ¡alguien que siempre tiene mucha prisa!.

Rompo aqui una lanza por todos aquellos ponentes que enriquecen sus conferencias con citas trabajadas y consecuentes, y pido un pedo hecho con la lengua para todos aquellos que salpican las mismas, con citas sobretraídas, para vestir las horas y los minutos de tediosas sedas de colores.

-Pero en la clase de música tengo que marcar el tiempo con
palmadas.
–¡Ah, eso lo explica todo! –dijo el Sombrerero–. El Tiempo
no tolera que le den palmadas. En cambio, si estuvieras en buenas
relaciones con él, haría todo lo que tú quisieras con el reloj.
Por ejemplo, supón que son las nueve de la mañana, justo la
hora de empezar las clases, pues no tendrías más que susurrarle
al Tiempo tu deseo y el Tiempo, en un abrir y cerrar de ojos,
haría girar las agujas de tu reloj. ¡La una y media! ¡Hora de comer!
(«¡Cómo me gustaría que lo fuera ahora!», se dijo la Liebre
de Marzo para sí en un susurro).
–Sería estupendo, desde luego –admitió Alicia, pensativa–.
Pero entonces todavía no tendría hambre, ¿no le parece?
–Quizá no tuvieras hambre al principio –dijo el Sombrerero–.
Pero es que podrías hacer que siguiera siendo la una y media
todo el rato que tú quisieras.


Alicia en el país de las maravillas.

Simplemente genial, no creen. Como para simplemente recordar de él un simple, "alguien dijo..."

lunes, octubre 02, 2006

Puequeños grandes recuerdos.

Llevaba unos meses con una idea rondando mi cabeza acerca de un juego que en mi infancia, y ya algo mas talludito solía practicar. Pero no lo encontraba. A partir de esto, me comenzé a fijar en los críos del edificio donde vivo: ninguno lleva trompo, yo-yo, tirachinas hecho con gollete de botella de plástico y globo, cerbatana con el plastico de un bic "cristal", ni mis tan añorados "boliches" (aunque muchos los conoceis por canicas).

Hoy he encontrado en una tienda los preciados boliches. Son mas pequeños que los que recuerdo, y no contiene aquellas preciosas palomillas de colores que daban nombre a las famosas "palometas".
Mi hermano y yo ganamos muchos boliches de pequeños, teníamos una puntería endiablada, aunque es cierto que el mas que yo. Cuando lea esto sabrá que le estoy esperando para una larga batalla. Hoy nos hemos visto pero todavía no los había comprado.

El propósito de mi compra va mas allá del duelo por todo lo alto con mi hermano, y quizás con mi padre, el nos enseñó a tirar. Mi objetivo es, a través de mi sobrino, introducir en su circulo de amigos el sano vicio de los boliches. Y así generar una "moda" como las llamábamos de pequeños. Nos preguntábamos entonces, de donde salían aquellas modas, una epoca el yo-yo, otra el trompo (o peonza), etc... Pues esta vez a lo mejor en algun remoto y pequeño lugar los boliches vuelven a encandilar la mirada de un pibe.

Y siguiendo con los recuerdos, recuerdo que cuando visitábamos a mis primos en Madrid, los tipos y sus colegas eran unos auténticos mantas. Pero lo mas curioso de todo es que las reglas que utilizaban eran completamente diferentes a las nuestras. Por lo que he pensado plasmar aqui las que recuerdo, y el que pase por aquí que escriba lo que recuerde. Quizás podamos recopilar un interesante muestrario de reglas de boliches.

El juego estándar.
Pueden jugar todos los que quieran a la vez, aunque quizás con mas de cuatro o cinco se hace un poco peñazo, pero no hay problema de nº de jugadores.
El terreno mejor para esto es la arena. No arena de playa, sino arena de parque, con sus hojas secas, sus piedrecillas, etc..
Comienzan todos los jugadores, colocando su boliche en una zona lo suficientemente apartada de los demas como para que el juego tenga amplitud y permita tiros de acercamiento. A esto se le llama plantarse. Es decir cuando juegan dos, lo tipico es decirle al otro con tono de Clint Eastwood -plántate- intentando generar en la voz cierta seguridad de jugador experimentado, y comenzando ya la guerra psicológica, tan importante en todo duelo.
Tras plantarse, los jugadores lanzan por turnos acercándose a cierta distancia tal, que permita siempre estar lo sufcientemente lejos como para no recibir un impacto en la siguiente tirada.
A todo esto en el terreno debe haber cierto numero de agujeros que previamente se han identificado al inicio de la partida, como "gongos". El gongo permite al jugador que cae dentro tirar desde él nuevamente, en el mismo turno. Claro el gongo hace que la partida sea mucho mas abierta.
El juego continúa hasta que algún jugador recibe un impacto de un boliche de otro jugador. Este impacto, tan dulce para el ejecutor, y tan dramático como doloroso para el receptor, recibe el fabuloso y sonoro nombre de "chis". Ahi no queda todo; el jugador que ejecuta el tiro y consigue el chis, no se queda simplemente vanagloriado por el jugoso sonido, sino que se le permite espetar la siguiente frase mágica, que genera la posterior deuda de un boliche: chis, caga. "Cagar" en el argot, es pagar un boliche.
Normalmente no se caga el boliche con el que se juega pues suelen ser preciadas armas de batalla, con las que se ejecutan precisos movimientos. Esto se debe a una variedad de cualidades que se le otorgan a determinadas piezas. Unas veces sus colores especiales, otras veces la perfección de sus arañazos contra cualquier pared, para asegurar el agarre en el momento del lanzamiento, o simplemente, por llevar con el jugador un cierto tiempo.
Tras el chis en una partida de dos jugadores, el asunto ha terminado, vovliéndose a plantar ambos jugadores para comenzar de nuevo. En una partida de varios jugadores, el que recibe el chis se planta a cierta distancia si quiere seguir jugando o abandona. Es decir que entre varios solo se planta el que recibe el chis.
A todo esto, el juego ya nos muestra un cierto colorido. Pero faltan los matices, que harán de el todo un Renoir.
Al principio de una partida se suele exclamar cierta frase de origen desconocido. El no reproducirla por despiste de todos los jugadores permite ciertas licencias a los "listillos" y mas veteranos jugadores. Esta misteriosa frase es: Se avisan las siete reglas y el escape. Nadie conoce cuales son estas siete reglas, pero todo el mundo conoce que el no nombrar la frase permite al jugador que esta a punto de recibir un chis, decir y hacer lo siguiente. Cogiendo su boliche del suelo, decir -no se han avisado las siete reglas y el escape-, lo cual resulta en que escapa impunemente de un chis seguro. Esto obviamente no ocurre entre jugadores veteranos que ya se conocen entre si, pero si entre contrincantes desconocidos, simpre en terrenos neutros como patios de colegio o parques. En terrenos privativos, como jardines de calles, o plazas de barrio, los forasteros deben estar avezados en conocer las reglas locales, que siempre surgen paulatinamente, a medida que el forastero va machacando a los locales.

Otro matiz a tener en cuenta, es que no todos los boliches tienen el mismo valor.

La palometa, boliche mas abundante, cotiza siempre a un chis. Es posible en ocasiones que algunos con la palomilla azul celeste, muy escasos cotize al doble. Dos chis también para algunas palometas con alguna falla en la palomilla, que las hace diferentes.
En cierta época se puso de moda los venezolanos. Boliches no transparentes, que parecían bañados en leche y con colores vivos. Estos se podían encontrar desde dos o tres chis, hasta los siete u ocho.
En otros tiempos escaseaban las bacotas. Estas eran boliches de mayor tamaño, y solían tener casi siempre aspectos de venezolano gigante. Se establecía un estandar de cinco chis.
Hubo tiempos de las pimpitas, cotizadísimas piezas por ser de menor tamaño, y ciertamente escasas cuando no eran blancas. Estas pimpitas, solían venir en los difusores de las botellas de bebida. A saber como se encontró la primera. Estas no pasaban de tres o cuatro chis.
Los valores mas altos los alcanzaban los extraños venezolanos de varios colores, y como no las piezas utilizadas como arma de juego, por los jugadores mas adiestrados.

Otros detalles que adornan el entorno del juego, eran las famos saquitas, donde se portaban las piezas. Estas, eran de un variadísimo tipo de materiales, aunque normalmente de tela. Los mas chic, llevaban sus iniciales zurcidas en ellas, y los veteranos, no solían llevarlas pues no soláin tener que pagar grandes cantidades de boliches, pues sus partidas solían ser los altos duelos.

La fuente.
Esta modalidad se puso de moda muchos años después del anterior, y seguramente ahora podemos entender que fue fruto de una abundancia de boliches en los entornos de su aparición. Esta modalidad generó un fuerte cambio de mano de grandes cantidades de boliches, que como podremos ver iban estrechamente ligadas al azar. Sobra decir que esta modalidad agotó el juego del boliche.

Las reglas son muy básicas. Localizado un pretil en una acera donde no transiten vehículos por la calzada, se establece los siguiente. Cada jugador deja caer por turnos, un boliche por el pretil, el cual rodará por el asfalto realizando una trayectoria a todas luces aleatoria. No hay que impulsar el boliche sino dejarlo deslizar.
El primer jugador que golpee otro boliche se lleva todos los que se encuentren en el asfalto. En cada turno, a mayor numero de boliches habidos mayores probabilidades de darle a otro, con lo cual la experiencia decía que: dependiendo de la orografía del asfalto, y de la altura del pretil, había un numero de boliches, que colmaban el modelo, por lo que parte fundamental del juego era el sorteo de la posición en que se lanzaba. Aqui se demuestra que lo que confundimos con azar, es realmente caos.

A ver si encontramos otras formas de jugar. Recuerdo la que jugaban en Madrid vagamente, y he encontrado algo por la red de reglas de otros sitios, pero parece mas reconfortante, que alguien las escriba aqui de primera mano, con sus detalles, con sus recuerdos, con sus nostalgias.

domingo, octubre 01, 2006

Desiderata. Anónimo del siglo XVI.

Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa cuanta Paz se puede encontrar en el silencio. Tanto como te sea posible y sin rendirte, mantén buena relación con todas las personas.
Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los otros, incluso al simple y al ignorante, ellos también tienen su historia.

Evita a las personas ruidosas y agresivas, pues ellas son una ofensa para el espíritu. Si te comparas con otros, te volverás vanidoso y amargado; siempre habrá quien sea más y quien sea menos que tú. Disfruta con tus logros, tanto como con tus proyectos.

Mantente interesado en tu trabajo, por humilde que sea. Es una posesión real entre las cambiantes fortunas del tiempo.

Se cauto en tus asuntos de negocios, porque el mundo está lleno de trampas. Pero ello no debe cegarte para ver la bondad que también hay; mucha genta lucha por altos ideales, y dondequiera, la vida está llena de heroísmo.

Se Tú mismo. Especialmente, no finjas afecto.
Ni seas cínico en el amor. Para enfrentar toda la aridez y el desencanto, es perenne como la hierba.

Acepta con gracia el paso de los años y cede con elegancia los atributos de la juventud. Fortalece tu espíritu para refugiarte en él cuando llegue la desgracia inesperada. Pero no te angusties con las imaginaciones: muchos miedos nacen del cansancio y de la soledad.

Sin dejar una sana disciplina, se amable también contigo.
Tu eres Hijo del Universo, no menos que los árboles y las estrellas: tienes derecho a estar aquí.
Y lo creas o no, el Universo ensancha el Horizonte cada día.

Por tanto ten paz con Dios, no importa como lo concibas.
Y cualesquiera que sean tus aspiraciones en la ruidosa confusión de la vida, ten Paz contigo mismo.

Con toda su hipocresía, esclavitudes y sueños rotos, éste es todavía un mundo hermoso.

Esfuérzate y se cauto. Lucha por ser feliz.

Max Erhmann