martes, junio 01, 2010

Amor a pie de página.

He pasado mucho tiempo en mi vida intentando ser quien me gustaría ser. Me imagino que es una manera de decir que continuo mejorando, que tengo una meta en el horizonte. Quizas no este tan definido, pero existe. Tengo una especie de modelo o algo asi. A medida que maduro, ese ideal parece mas complicado, mas complejo. No por eso lo voy a dejar.

Parte de ese ideal, es tomar el hábito de leer la prensa con una libreta donde anotar. Y así crear material sobre lo que escribir. Muy pocas veces lo hago. Casi no tengo tiempo de leer la prensa con detenimiento, por eso la mayoría de las veces arranco lo que me interesa y lo guardo. Se me almacenan así recortes por ahí, que con el tiempo, o con la falta de él, terminan en la basura.

El otro día, por algun cúmulo de suertes, retome unos recortes que tenía de marzo. Había estado leyendo un Le Monde diplomatique que tenía de Marzo, y dentro tenía un par de recortes. Uno de ellos lo había guardado por una columna de Manuel Vicent; siempre tan magnífica, siempre tan estrecha.

El otro recorte, no supe bien por que lo había guardado. Había una noticia sobre los bomberos que confundieron con etarras en Francia. También había un crucigrama de Mambrino. Hastíado ya de tanta lectura de la crisis, y de el sinsentido de país en el que vivimos, estuve por tirar el recorte. Me fijé entonces en un cuadradito de pie página que no quería parecer un anuncio. Decía así:

21 Marzo 2010
XVI aniversario de la muerte de ELENA LUPIAÑEZ SALANOVA:
Elenita:
Pese a que tus hijos, Boris y Yuri, transitan por la fantastica 5ª calle Mayor de las Ramblas Corrientes de Alexander Nevsky, sita en Sant Germain de Prés y por donde discurre el mundo, no se van de casa ni con aagua caliente.
Yo debería estar instalado en el lamento, pero a fuer de verdad, no soy partidario de encender la caldera.
JL Casaus

Tras leer esta reseña, me di cuenta que era la página de obituarios. También me di cuenta de la complicidad, del cariño infinito que habían disfrutado y que aún en la máxima distancia se comunicaban en un idioma especial. De metáforas, de rincones encontrados. De amor.

En ese ideal que tengo, también está el amor. Pero ese ya lo tengo. Ahora también en la distancia, pero en una breve distancia. También tengo la complicidad, los rincones encontrados y un idoma especial con el que escribir nuestra historia. Hoy lo celebro, robando este obituario, a mi ahora por siempre amigo Casaus.

Te amo tanto Pi.

sábado, mayo 15, 2010

Un indio perote.

Los caminos de los amantes son tan inconexos como inescrutables. En esta parte de la orilla, los indios perotes, solo fuman peyote a la hora de amar. Por eso al alba, cuando el desierto es bañado por quillonesima vez por el mar de la extrañeza, el amante huye hacia su guarida, mirando hacia atrás todas las veces que puede. Y así entre la posibilidad de un reencuentro y la rotundidad de la pareja, siempre se encuentra otro mordisco de peyote.

Del libro del buen indio. Siglo XVI.

lunes, mayo 03, 2010

Mardor. Presentación. 1.2

Levitar no era lo que mejor se le daba. Aún así era algo que podía hacer sin dificultad. Otra cosa era dedicar un minuto a mirar por encima de aquel muro que cercaba la mansión de los Knussen sin que le viera nadie. Sabía que aquella noche cerrada sería su mejor oportunidad hasta dentro de varias semanas.
Pasó por encima del limite hormigonado con un arbóreo movimiento; un suave descenso lo situó sobre el camino que llevaba hasta la entrada. Sudaba. Las ventanas de la construccion estaban oscuras a excepción de una en el extremo sur. Tras la ventana se intuía una silueta que recordaba a la vieja del Motel Bates.
Se acercó con sigilo al pie de la villa. Se suspendió de nuevo en la noche, y alcanzó el alféizar de la ventana iluminada. La silueta se apareció como un hombre. Plymouth. Plymouth Knussen.
Morder no era lo que peor hacía; incluso podía practicar sus colmillos sin que lo notase la víctima. Aquella misma tarde, en el bar de la cooperativa, había asediado al menor de los Knussen. Ahora tenía delante al primogenito.

Plymouth se miraba en el espejo de su cómoda mientras se atusaba el pelo recién engominado. Había quedado con los muchachos para ir de ronda otra vez. Fender, su hermano pequeño, se estaba retrasando.
Un reflejo blanquecino le forzó a retirar la mirada de su cabellera, y enfocar la ventana que tenía tras de sí, justo a su espalda. Encontró una sonrisa y un rostro con ella. Era Mardor. Se le heló la sangre mientras el bello de la espalda se le erizaba. Sabía que lo rondada, pero verlo en la ventana...

En cuanto se percató que Plymouth le había visto, inclinó su cuello hacia adelante en un golpe ágil y calculado para forzar el movimiento horizontal. La velocidad con la que atraveso la ventana, hizó que el cristal se rasgara como un papel.

El ruido fue tal, que Plymouth no se oyó gritar; ni sintió la mordedura, ni el crujir de su cuello.Solo aquel ruido mortal; certero y seco. Muy seco.

jueves, abril 08, 2010

Le daria igual.

Si estuviera tan cerca de ti, como para poder darte un pequeño beso en la mejilla, a los azahares que dejan que los huelas les daria igual, pero a mi no.

Si pudiera acariciarte el pelo, como cuando duermes a mi lado, al espejo del ascensor que te refleja por la mañana le daria igual, pero a mi no.

Al camarero del Roldan, le daria igual tenerte tan cerca como para poder cobrarte el cafe, pero a mi no.

A mi no me da igual.

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miércoles, abril 07, 2010

Desaforada metafora.

En un repentino y desaforado grito resumió todo lo que cabía decir sobre aquellos meses que iban a comenzar.
Decididamente no podía dejar pasar aquella oportunidad de desgarrar los corazones de aquellos ingratos lectores.
Sin apartar la vista de ellos y sin dejar de teclear, escribió:

A esa, que llamas puta, es mi madre. A ese, que llamas cobarde, es mi padre. Lo que elogias, llamandolo obra de arte, es lo que fabrico para poder comer. Por tanto no te regodees pensando que entiendes mi arte, simplemente trágatelo y págalo.

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sábado, febrero 27, 2010

Verosimilitud.

En un sinfin de recortes de periódico podemos encontrar las mismas palabras que en estas líneas. La unica diferencia es el orden en que están expuestas, que maquillan lo que uno piensa.
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Ultimamente vuelve a mis dedos el tema de la verosimilitud. Si intentamos reflejar por escrito lo cotidiano de nuestra existencia, no lograremos sin mas, generar la necesaria atmosfera verosímil. Debemos por tanto elegir un valor para cada variable que nos rodea, encajando exquisitamente las piezas de algún rompecabezas posible. Para conseguir alejar el aburrido detallismo, ocultaremos la solución de algunas de estas variables, ofreciendo así al avezado lector su merecida oportunidad: destacar los misterios de la historia.
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Ofrecía la luna su tenue luz, en un cielo despejado. No descartaba alargar su espera, sin abrigar la esperanza suficiente. De las últimas noches, esta era en la que mas sentía que el viento era el único aliado de su amada. De otra forma, ya habría montado y trotado sobre la arena. A lo lejos, el marino horizonte, no ofrecía ninguna silueta. Desperezó las piernas y tras sentarse bajo la roca convenida encendió un nuevo cigarrillo. Las dunas, encaprichadas con el aire, lo entretuvieron de nuevo.

Los arboles torcidos por el viento, se agolpaban en el balcon. La rota entrepuerta, golpeaba con fuerza el acceso al exterior. Mientras, ella miraba intermitentemente por encima de la cama, sin lograr ningún movimiento. Al calor de la habitación le sobraba el bienestar. Ya no podría partir. Bebió el último sorbo y espero el adormecer.

domingo, febrero 14, 2010

120 palabras a vida y muerte.

Dio un primer tajo; solo oyó su humillación al no encontrar objetivo. Un segundo tajo; esta vez del revés: certero. Olor a herida. Saliva pastosa.

Las notas se agolpan en su moleskine, mezclando indicios y conclusiones, pistas, preguntas, y alguna oculta intriga. Resolviendo mientras anota. Caminando al cavilar.

El se debió enterar por un tercero. Incrédulo al principio, se socorrió en la soledad para abrazar la verdad tantas veces evitada. Al llegar y verla desnuda en la fresca hierba, no lo vio venir. Oyó primero un zumbido. Después un sordito golpe en el estómago: mortal. Y cayó sin ruido: callado.

Nunca pensó que el amor fuera tan incierto. Tan justiciero, tan sediento. Tan caro.
¿Y ahora qué? –le dijo mirándola-.

domingo, enero 03, 2010

Una vuelta mas del quillon.

Estaba pensando que el iniciar un año nuevo, siempre me ha generado la necesidad de enumerar algunos propositos para completar.
Todas las navidades hago una lista, y reviso la del año anterior.
Este año en cambio, he pensado que voy a dejar de girar en esta ruleta anual y montarme en una vida multilienal, no circular.
Esto hace que mis objetivos permanecen definidos y esperando ser realizados, y no esperando que se cumpla ningun plazo de periodicidad solar o lunar para su plenitud.

Lo de quillón viene del magnifico libro Señor Dios soy Ana,que leí hace un montón de años, y hoy por una simpleza mental me ha venido a la cabeza. En realidad cada vez que pienso en una cantidad mayor de un millón me viene a la cabeza aquel fabuloso libro. ¡Lo recomiendo vivamente!.

.Feliz año.