domingo, febrero 14, 2010

120 palabras a vida y muerte.

Dio un primer tajo; solo oyó su humillación al no encontrar objetivo. Un segundo tajo; esta vez del revés: certero. Olor a herida. Saliva pastosa.

Las notas se agolpan en su moleskine, mezclando indicios y conclusiones, pistas, preguntas, y alguna oculta intriga. Resolviendo mientras anota. Caminando al cavilar.

El se debió enterar por un tercero. Incrédulo al principio, se socorrió en la soledad para abrazar la verdad tantas veces evitada. Al llegar y verla desnuda en la fresca hierba, no lo vio venir. Oyó primero un zumbido. Después un sordito golpe en el estómago: mortal. Y cayó sin ruido: callado.

Nunca pensó que el amor fuera tan incierto. Tan justiciero, tan sediento. Tan caro.
¿Y ahora qué? –le dijo mirándola-.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabia que el amor fuera justiciero, siempre crei que era ciego y por ello comete tantos errores.....
saludos chicharrero

Sol. dijo...

Mmm me quedo con tu pregunta "-¿Y ahora qué?-"
De verdad quiero saber si sigue... Porque de verás que es un final abierto.
Coincido un poco que el amor es justiciero. Pero más pienso que es ciego como dijo MJTH.
De verdad, quiero ver como sigues :)