domingo, noviembre 22, 2009

El horror del ser humano

Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a sí mismos como fin. Los que dicen que es amoral, que no puede haber vida sin ética, que la economía posee límites y reglas que hay que seguir, son solo los que no han conseguido mandar, los que han sido derrotados por el mercado. La ética es el límite del perdedor, la protección del derrotado, la justificación moral para aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganarlo todo.

La ley tiene sus códigos establecidos, pero la justicia es harina de otro costal. La justicia es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según como se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. Culpables todos ante el tribunal universal de la moral histórica y absueltos por el de la necesidad. Justicia e injusticia solo tienen significado en lo concreto. De victoria o derrota, de acción realizada o padecida. Si alguien te ofende, si te trata mal, está cometiendo una injusticia; si, en cambio, te reserva un trato de favor te hace justicia. Observando los poderes del clan, hay que ceñirse a estas categorías. A estos criterios de valoración. Son suficientes. Deben serlo. Esta es la única forma real de valorar la justicia. El resto no es mas que religión y confesionario.

El imperativo económico está modelado por esta lógica. No son los camorristas los que persiguen los negocios, son los negocios los que persiguen a los camorristas. La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss coincide con el neoliberalismo más radical. Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios, el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor. El resto es igual a cero. El resto no existe. Estar en situacion de decidir sobre la vida y la muerte de todos, de promocionar un producto, de monopolizar un segmento de mercado, de invertir en sectores de vanguardia es un poder que se paga con la cárcel o con la vida. Tener poder durante diez años, durante un año, durante una hora. La duración da igual: vivir, mandar de verdad, esos es lo que cuenta.

Extraído de "Gomorra" de Roberto Saviano.

¿Es esta conducta exclusiva de la camorra?¿Exclusiva de la mafia italiana?.
Con seguridad que está mas extendida.

Las leyes, son los semaforos en rojo que algunos se saltan, mientras los demás esperamos a que cambien a verde.

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