miércoles, agosto 01, 2007

Los heroes ocultos de Riglos.

Hace unos meses estuve en la biblioteca municipal hojeando algunos libros sobre pueblos españoles. Me sorprendió la cantidad de libros sobre este tema que pueden existir en una biblioteca. No iba buscando nada en particular, simplemente se me ocurrió buscar algo sobre el tema. La cantidad de pueblos que existen en nuestro país es una cosa que siempre me ha fascinado, creo que son mas de 19.000 aunque no recuerdo de donde he sacado el dato. Entre los numerosos libros que había tomé uno titulado "Anécdotas recónditas de pueblos de España", simplemente porque me pareció un titulo fascinante. Su autor aún mas singular Alberto Rodríguez Pérez.

Sentado ya con él estuve hojeando y leyendo algunas de aquellas anécdotas, pero el libro no ofrecia la calidad narrativa que ese tipo de textos requieren. Acercándose el momento de cerrarlo definitivamente hallé una cuartilla escrita en su interior. Perfectamente doblada y limpia, se encontraba ligeramente "enlomada" en el pliegue de dos hojas del libro.

Estaba escrita con letra sencilla y redonda, como de una joven estudiante. Ese tipo de letra que toma el punto de la i como si fueran un satelite del palito. A la par que redonda era menuda, muy menuda. Al desdoblar el escrito me percate que no contenía una sola página, sino que eran cuatro pedazos de papel muy finos, escritos por ambas caras. Eran tan finos, que parecía estar leyendo ambas caras por un solo lado. El título era muy sugerente: "Investigación sobre el verdadero origen de los nombres de los Mallos Frenchín y Fire".

Cuando leí el título, no pude mas que sorprenderme, no solo por la cercanía entre sí de aquellas tres palabras tan raras (Mallo, Frenchín y Fire), sino porque no tenía ni la mas remota idea de a que se podía referir aquello.

La siguiente hora y media la dediqué a leer aquel maravilloso y sorprendente manuscrito. Tuve que releerlo de nuevo al llegar a casa, pues había partes totalmente ininteligibles. Hice uso incluso de una lupa que tengo hace años pues lo fino del papel y lo menuda de la letra convertían algunos pasajes en autenticos acertijos. Para colmo la manera de redactar me confirmo que era estudiante, pues utilizaba un sínfín de contracciones propias que recordaban a las mas burdas taquigrafías. Tras varias semanas de trabajo de campo y posterior documentación, logré completar lo que he denominado traducción del manuscrito. Aunque qeuizás se trate simplemente de "pasar a limpio " el trabajo de la joven.

Mañana os lo cuento.

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2 comentarios:

chuliMa dijo...

Vaya, vaya...interesante y encima veo que te gustan las palabras.

Gracias por la visita, nos iremos viendo...

Shaluditos

BAR dijo...

Parece ser cierto que las cosas más fascinantes de la vida, las encuentras donde menos te lo esperas...

Un beso